Portada ermita

Restauración de la ermita de Los Mártires

La ermita de los Mártires de Nogueruelas se construyó entre 1702 y 1704, como indica una inscripción en el dintel de la puerta de entrada. Su realización en esta época se enmarca en el desarrollo artístico del barroco, etapa muy prolífica en el sur, centro y levante peninsular.

El interior del inmueble se encuentra decorado con esgrafiados de motivos vegetales y geométricos. El esgrafiado es una técnica decorativa mural que consiste en la creación de relieves y claroscuros por medio de la superposición de varias capas de mortero de diferente color. Esta técnica, ya empleada en la Edad Media por influencia andalusí y mudéjar, se recuperó entre los siglos XVII y XVIII como método que recoge los principios estéticos del arte barroco: contrastes, claroscuros, una atmósfera envolvente, un exceso de estímulos visuales, motivos florales.

La restauración del espacio se basó en el objetivo de recuperar este testigo material de una tradición de índole inmaterial, perdida en la segunda mitad del siglo XX, por la que se acudía a la ermita en romería rezando el Vía Crucis en Semana Santa.

La ermita a lo largo de los años ha experimentado procesos de deterioro y degradación, no solo en cuanto a  los materiales que la constituyen y le dan identidad, sino también a su función social y  cultural. Su rehabilitación estructural y restauración técnica han sido soluciones ante estos procesos que suelen desembocar en la pérdida total del vínculo cultural y, como  consecuencia de ello, el olvido y desaparición del bien.

La intervención llevada a cabo se basa en los criterios de respeto, reversibilidad y reconocimiento adaptados a las necesidades del templo y a los intereses del municipio, sin perder de vista que prima la conservación de lo original.